miércoles, 20 de agosto de 2014

Guerras Cántabras - Causas

Como comienzo de uno de los temas más crueles de la historia de Cantabria, las Guerras Cántabras, vamos a tratar los motivos que llevaron a Roma a plantearse una guerra con los pueblos del norte de Hispania, sobradamente conocidos en todo el Imperio por su ferocidad y amor por la guerra. En numerosas ocasiones, se relata la presencia de guerreros cántabros en batallas en las que estaba inmerso el ejército romano, tanto en el bando contrario como en el propio, dándoles una gran importancia y denotando que ya antes de la guerra eran muy famosos a lo largo del imperio como mercenarios.

En primer lugar, Octavio Augusto se vio en la necesidad de someter a estos pueblos debido a sus continuos ataques y saqueos contra los pueblos vecinos autrigones, turmogos y vacceos. Todos estos habían sucumbido ya al poder romano.

Mapa tribus cántabras
Mapa de la distribución aproximada de los populi cántabros

  • Así lo explica Orosio: “En el año setecientos treinta y seis de la fundación de Roma, en el consulado sexto del emperador Augusto César y en el segundo de M. Agripa, Augusto, reconociendo que se había hecho poco en Hispania, a pesar de los doscientos años de dominios, si se consentía que los cántabros y astures, dos pueblos de los más fuertes de Hispania, continuasen rigiéndose por sus propias leyes, abrió las puertas del templo de Jano y él mismo con su ejército se encaminó hacia Hispania.” 
  • Así lo explica Floro: “En Occidente, casi toda Hispania estaba pacificada, excepto la parte al extremo de los Pirineos y que baña el océano citerior. Allí vivían dos pueblos muy importantes, los cántabros y los astures, que no estaban sometidos a nuestro imperio. Fueron los cántabros los primeros y los que más violentamente se sublevaron, pues no contentos con defender su libertad, trataron de dominar a sus vecinos y hostigaban en frecuentes incursiones a los vacceos, turmogos y autrigones. Por ello, viendo que la situación empeoraba, Cesar no confió a otros esta expedición de la que se encargó él mismo.” 
Tanto Orosio como Floro se basan en la obra perdida “Ab urbe condita libri” de Tito Livio.


Se piensa que esta fue la principal causa de la guerra, aunque hay otras causas importantes, como terminar de una vez por todas con un foco continuo de conflictos que pudiera inclinar a otros pueblos vecinos a la revuelta. En concreto los vacceos tuvieron bastantes revueltas desde su conquista en el año 178 a.C. hasta la definitiva rendición en el año 29 a.C. 



No menos notable podía ser la necesidad de buscar fronteras naturales (en este caso el mar Cantábrico), o el deseo del Cesar de obtener alguna victoria sobre los pueblos bárbaros que hiciese olvidar a los romanos sus recientes guerras civiles (Marco Antonio, Sexto Pompeyo).



Por otro lado está el tema económico y en concreto, la minería en las regiones cántabras (hierro, plomo, magnetita, blenda y cobre) y astures (oro y plata), que los romanos conocían y sabían que les iba a ser muy útil. Sólo hay que ver el legado de minas que dejaron en territorio cántabro en los años en los que estuvieron.
No en vano, refiriéndose seguramente al macizo de Peña Cabarga, Plinio el Viejo decía lo siguiente en su obra Naturalis Historia:
"De todas las venas metalíferas, la más abundante en Cantabria es la de hierro. En la zona marítima que baña el Océano hay un altísimo monte que, parece increíble, todo él es de metal, como ya dijimos al hablar del Océano..."



Minas romanas Cantabria
 Mapa de minas romanas en territorio cántabro

Bibliografía:
González Echegaray , J.: Los cántabros.

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